
Y así terminó la historia de aquel chico al que tanto le gustaba sentarse a la orilla del mar, fijándose en todo, contemplando cada momento, porque él lo sabía, sabía perfectamente que aquello no iba a ser para siempre, que esas noches en las que las olas rozaban tus pies, haciendote sentir libre, pero a la vez triste. Esas historias de fanáticos que tenían miedo a todo, incluso a su propia sombra, sin saber que detrás de aquello había mucho más y, tal vez, alguien más. Te lo repetiría cada vez que pudiera y que tu siempre, me escucharas. Te quiero chica, te quiero.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTu ya eras lo más importante para mi.
ResponderEliminarY lo seguirás siento .
Mr. foreváh .
Te amo pau.